La Morrigan también favorece si trabajas con ella dificultades cotidianas como debilidad de carácter, timidez, miedo, temor, enormes dificultades para decir “no”, entre otras. Morrigan también nos facilita el camino cuando de brío y amor se trata. Busca a Morrigan en tu interior, la hembra llena de pasión y alegría, que disfruta tanto las gotas de lluvia, como también los rayos del sol. La valiente, la que enfrenta el “dedo acusador” con bravo talante. La sabia, que nos enseña que la muerte tan solo es una transición, un paso más hacia el renacimiento.
Cuando esta diosa aparece en tu vida, es porque debes realizar un cambio drástico en todos los niveles, ya sean los externos y cotidianos, como también los internos y personales. Simboliza la transición, el crecimiento y un desarrollo paulatino lleno de muchas transformaciones, donde podrás emerger como tú misma, libre y sin ataduras.
La Morrigan es una diosa de la mitología celta irlandesa, es la diosa de la guerra, la muerte, la renovación, la victoria, la fertilidad, el sexo. Se considera que forma una tríada con Badb, Nemain y Macha (Furia, Veneno y Llanura/o/Corneja, Pánico y Batalla), siendo las tres aspectos de la misma diosa. Morrigan es capaz de cambiar de forma y a menudo se la representa como un cuervo, una mujer joven y hermosa o una anciana hechicera. Morrigan disfruta con el caos y el terror, representa la renovación a través de la muerte y la destrucción.
Asociada supuestamente con PLUTON.
Morrigan es la diosa de la guerra, y por lo tanto de la muerte. Pero también representa la renovación; la muerte que da a luz a una nueva vida, el amor y el deseo sexual. La vida y la muerte están muy unidas en el universo celta. Morrigan es doncella, madre y viuda. Morrigan forma parte de una tríada con dos nombres más: Badbh y Macha. Es la misma diosa con diferentes aspectos y facetas. La Morrigan es la diosa de la muerte que asume la forma de un cuervo. En las leyendas irlandesas Morgan, es La Morrigan a la cual se invocaba a la batalla por medio de una incitación de los cuernos de guerra o de los graznidos de los cuervos. Los cráneos de los caídos en batalla eran llamados “las bellotas de La Morrigan”, es decir, de la Diosa del Destino humano.
Morrigu, Morrigan, Morigan, Morrighan, Morgana. Esta diosa celta es conocida por cada uno de estos nombres, desde Irlanda hasta Gales e Inglaterra, pero a parte de ellos tiene otros apelativos que hacen referencia a su condición. Tales como la "Gran Reina", que quizás sea el más popular y conocido, pero hay otros como "Diosa Suprema de la Guerra", "Reina de los Fantasmas" "Reina de los Espectros", "Lavador en el Vado".
Realmente es una diosa compleja, al estar compuesta por una Tríada como sucede con otros dioses o diosas celtas. El 3, no olvidemos es un símbolo de la Totalidad y la eternidad, entre otras simbologías. Morrigan forma parte de una tríada con dos nombres más: Badbh y Macha. Es la misma diosa con diferentes aspectos y facetas. Incluso se la relaciona con la "Gran Diosa Blanca" "La Gran Madre", "La Diosa Luna" "La Reina de las Hadas", que era Dana ( Dé Ana) (Diosa Ana, o Anu), en su aspecto mas sombrío, en este caso formarían la Trinidad del Destino con Dana, Badh y Macha y en conjunto son llamadas "Morrigan", tres aspectos diferentes de la misma Diosa. Dado que hablar de cada uno de sus aspectos (Badh, Macha, O Dana, incluso Nemain)
Fue amante de reyes, ayudó a los Tuatha dé Danann en sus batallas. Intentó seducir a Cuchulainn, presentándose como una atractiva joven, dado que era el mejor guerrero y quien repartía más muerte siendo rechazada por éste, desdeñándola por el fragor de la batalla. Morrigan consternada le ataca cambiándo de forma, anguila, lobo, vaca, pero Cuchulainn siempre la vence, al final lo lleva hacia su destino, la muerte, descendiendo sobre él, en forma de cuervo, cuando está herido de muerte, atado a un árbol.
Cuando los soldados celtas estaban en el campo de batalla y veían o escuchaban a Morrigan sobrevolando, sabían que había llegado el momento de trascender; entonces daban lo mejor de sí realizando todo tipo de actos heroicos, enardeciéndose en la batalla y despreciando la propia muerte. Digo trascender, puesto que la muerte no significaba para los aguerridos celtas un final sino un comienzo en el Otro Mundo, Lo peor en la batalla, no era morir, sino, ser hecho prisionero o quedar tullido. En la cultura Celta la muerte representa la trascendencia de la vida y el inicio de un nuevo ciclo. Pero aún en este aspecto sombrío, otorgaba una gran seguridad a los guerreros. Morrigan, tiene la facultad de transformarse o mejor dicho metamorfosearse, siendo su animal preferido el cuervo o corneja. Bajo este aspecto se presenta ante el Donn de Cuailnge, avisándole que va a morir. Pero sus profecías no siempre son de este tipo de augurios, sino que en ocasiones sus sabios consejos son tenidos en cuenta, como ocurrió cuando aconsejó al Daghda, de cómo tratar a los fomorianos, enemigos como ya sabemos de los "Tuatha dé Danann".
También es símbolo del amor carnal y hasta de cierta promiscuidad sexual, pero carente en todo momento de culpa, dado que los antiguos celtas no veían el sexo como algo de lo que sentir vergüenza o ser algo culpógeno. En una ocasión se presentó, por Samhain ante el Daghda, dios de la Tribu y a horcajadas sobre un río tuvieron una relación sexual, por ello es diosa de la fertilidad y del emparejamiento, así como deidad soberana, identificándose y uniéndose a la Tribu, a la Tierra de Irlanda en la simbología del coito con el Daghda, dios de la tribu.
Cuando aparece en los arroyos, lavando los ropajes de aquellos que van a morir, como en el caso de Cuchulainn, es el heraldo de la muerte y es llamada el "lavador del vado".
El nombre de esta Diosa lleva inmediatamente a pensar en el del hada Morgana de las novelas artúricas, a la que se asemeja en numerosos puntos, cuando menos en los aspectos de furor y de sexualidad. Pero la Morgana artúrica proviene de un antiguo epíteto como "morigena", (nacida del mar), cuyo equivalente irlandés sería "Muirgen", y quizás sea otro artículo.
Otros de sus aspectos coinciden en señalarla, además de diosa de la guerra, del destino y de la muerte, como diosa de ríos, lagos y todo tipo de aguas dulces.
Otra lectura que podemos entresacar de las deidades femeninas celtas, y de Morrigan , en concreto, es la gran importancia y relevancia de lo femenino, en todas sus facetas, en unas gentes que no obstante, dejaban buena constancia de sus cualidades viriles, pero respetando el papel femenino e incluso igualándolo al del hombre, en todos los aspectos positivos o negativos. Con casi todos los derechos. No en balde se dice, que para la época en que vivieron, las mujeres celtas eran las que estaban más casi en igualdad de derechos y obligaciones entre los pueblos paganos de aquellas épocas, por encima de griegos y romanos específicamente, a los que se considera hoy en día, casi como los civilizadores de la Europa "bárbara".
Diosa Morrigan o Morgana
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